sábado, 17 de agosto de 2013

Besos




Dime, 
¿cuál es el lenguaje de tu boca?
¿de que hablan tus besos cuando gimes?
¿por qué no profanar el paladar que me provoca?




Calor de labios que se acercan al precipicio de las rocas
humedal del deseo...
desafiando la sed que seduce el morderte la boca.




Osculo seductor
se aproxima en mi como una sombra
...me enloquece
tentación que desafío al instante de mi muerte.
...esclava me siento
estimulo el apetito arrastrado por tu sangre.




Dime,
si suavemente pasearías tus dulces besos
como testigo de este volcán 
ante una luna cómplice de mis deseos.




...yo,
recorrería tu universo cuello   
desafiando todas las leyes del firmamento.
...yo,
penetraría hasta tu aliento 
por cada sueño...por excitar tu piel en mi
cuando te miro...cuando te beso.

...así te siento.


                © Mariángeles Ibernón 










miércoles, 14 de agosto de 2013

Silencio sordo


                                                                       

Observo  insaciable tu rostro
con placer... 

... mientras limitas la caricia

me posees en vertical

el silencio sordo... me domina.




La mano persigue un trayecto 
que aviva la sed en mi
 apaga el fuego encendido
del cuerpo de tu sentir.


Mariángeles Ibernón

















jueves, 8 de agosto de 2013

Hambre de ti


Hambre de ti

Me haces presa contra la pared 
en medio de una tempestad excitada
por cuerpos que anidan emociones
embriagados en gemidos que piden deseo.

Unos labios que se pierden al infinito 
de una lengua afilada proclamando sed 
envolviendo sueños
dibujando en pinceladas 
perlas blancas en el cuello. 




...Toma mi boca para saciar el hambre que te provoca.



           Mariángeles Ibernón





domingo, 4 de agosto de 2013

No me busques



No me busques

Te dejaré la imagen de mi cuerpo desnudo.

En piel la sensación de vida que fuiste.

En deseo la llama que prende de este fiel volcán.




Y entre sueños caminarás errante
dejando tu huella por cada hueco
que ansías de una parte que ya no es.

Hoy amaneciste besando otros labios
mordiendo otro cuello que no despertaba
tu esencia...
y te refugiaste en senos de hielo
buscando un cobijo
que inunde la sed excitada
entre pensamientos de pasión por mi.




No me busques en camas al amanecer
ni tomes aromas de lluvias al anochecer.
Por mis piernas brota la insaciable luz
luz que no alumbrabas en las noches frías,
cuando ya quemaba la provocación.




No me busques, no...


     Mariangeles Ibernón